La Residence es una hacienda de estilo Cape Dutch, de influencia toscana, con mucho más que un simple toque de Luis XV. Este pequeño hotel es un montaje estridente de vigas a la vista, arcadas toscanas y galerías, deslumbrantes muebles de la época y art decó victoriano, resultado de la unión entre un diseñador de interiores y un historiador de arte. El señorial salón y comedor, con una cocina abierta, exhiben inmensas chimeneas, una lámpara araña de cristales cortados a mano de cuatro metros de altura y están decorados con antigüedades. Si la opulenta casa no lo impresiona, tal vez lo haga el entorno: al borde de un dique privado en el valle de Franschhoek, rodeada de filas de viñedos y escarpadas montañas.
El alojamiento es absolutamente majestuoso. Las 11 suites son amplias, las camas con dosel se pierden en el centro y los baños son del tamaño de una habitación de hotel. El espacio común de gran volumen es un rico contraste con la simple belleza enmarcada por cada ventana. Cada suite cuenta con su propio balcón privado con vistas panorámicas donde el aire fresco de la montaña se filtra en el alma. Los huéspedes se pueden relajar durante el día en el patio rodeado de palmeras y tomar el sol en la piscina desbordante. Pase por los viñedos y huertas en caminatas panorámicas y explore los jardines fragantes y el dique privado.
A pesar de la apariencia burguesa, la vida en La Residence, mientras que conserva todos los elementos de un hotel de lujo, es simple y relajante. Los sofás, un fuego chispeante y tazones de chocolate caliente lo invitan a la cocina para charlar con los chefs que preparan su comida; en la terraza sombreada se sirven ensaladas de verano y mariscos mientras que en la sala de banquetes junto a la chimenea se sirven los tajines y las sopas de invierno. A diferencia de las otras propiedades de Royal Portfolio que son con pensión completa, las tarifas de La Residence solo incluyen desayuno y cama, y bebidas locales; para sus comidas puede deleitarse en uno fantásticos restaurantes en Franschhoek. Entre comidas, los viñedos y las fincas ofrecen energizantes caminatas panorámicas y la degustación de vinos.