El barrio de San Blas es una encantadora mezcla de calles sinuosas, casas encaladas, balcones azules colgados de macetas llenas de geranio, escaleras sin fin y las líneas desiguales de tejados de baldosas. Es el barrio de los artistas folclóricos del Cusco, que durante siglos han utilizado sus manos para contar la historia de sus anhelos y frustraciones trabajando en la piedra y la madera, la escultura, la fabricación de muñecas, la plata, el tejido y las artes textiles, la hoja de oro, la fabricación de máscaras y una serie de cerámicas evocadoras - utilitarias, arquitectónicos, escultóricos, monumentales, grotescos y muchos otros estilos.