Nara Park es uno de los parques públicos más antiguos de Japón, situado en el centro de Nara, a los pies del monte Wakusa. El parque es el hogar de un montón de ciervos vagabundos y relativamente domesticados, que son considerados en Sintoísta como mensajeros de los dioses. Los 1200 ciervos del parque son un símbolo de la ciudad, así como un tesoro natural. Los visitantes pueden comprar galletas que se venden alrededor del parque y darles de comer a los ciervos.