El cuerpo de Kobo Daishi, fundador del budismo Shingon y una de las figuras más veneradas de la historia religiosa de Japón, está consagrado en Okuoin, el cementerio más grande del país. Cuenta la leyenda que Kobo Daishi no está muerto, sino que descansa en la meditación eterna mientras espera a Miroku Nyorai (Maihreya), el Buda del Futuro, y mientras tanto, proporciona alivio a aquellos que piden la salvación.
Okunoin es uno de los lugares más sagrados de Japón y un popular lugar de peregrinación. Para llegar allí, los visitantes pueden seguir un camino adoquinado con antiguos cedros y homenajes a algunas figuras icónicas de la historia de Japón. Antes de cruzar el puente Ichi-no-Hashi y entrar en los terrenos sagrados de Okuno-in, se espera que los visitantes se inclinen como señal de respeto hacia Kobo Daishi.