Descansando en las llanuras del río Guadalquivir en la provincia andaluza de Sevilla, la ciudad homónima es un festín para los sentidos. Famosa por su música y baile flamenco, su actitud de celebración, sus sabrosas naranjas y su rica herencia morisca, Sevilla tiene fama de carisma. En el corazón del casco antiguo se encuentran tres maravillas arquitectónicas imperdibles: la torre de la Giralda, la Catedral y el Alcázar. El barrio judío medieval vecino es una maraña maravillosa y encalada de callejones, buganvillas y jacarandás, mientras que al otro lado del río Triana es el hogar de marineros, toreros y artistas flamencos. Viajar a Sevilla consiste en explorar el modo de vida en estos barrios ricos en cultura, comer en famosas heladerías, beber sangrías nocturnas y, por supuesto, saborear el sabor amargo de las famosas naranjas sevillanas.