Esta remota isla chilena, a unos 3200 kilómetros del continente sudamericano en el Océano Pacífico, es uno de los lugares poblados más aislados del planeta, dotado de un patrimonio rico y enigmático. Los historiadores creen que los primeros habitantes fueron polinesios de las islas vecinas que viajaron durante días en mar abierto en toscos catamaranes y canoas para establecerse en lo que los lugareños llaman Rapa Nui, conocida en el mundo occidental como Isla de Pascua. El destino es mejor conocido por los cientos de enormes estatuas antiguas que rodean su costa, que se cree que fueron talladas por los isleños para representar a las deidades ancestrales. Además de sus excelentes ofertas arqueológicas, la Isla de Pascua tiene un hábitat natural único que se presta a fantásticos paseos y submarinismo.