La imponente fachada del siglo XVII de Carlo Maderno da una idea de las dimensiones excepcionales de la Basílica de San Pedro, hoy una de las iglesias más grandes del mundo. La primitiva Basílica de San Pietro, un edificio comparable en tamaño al actual, fue construida alrededor de 320 por el emperador Constantino en el lugar donde, según la tradición, el apóstol Pedro fue enterrado.

A partir de mediados del siglo XV comenzó ese largo proceso que, en unos doscientos años y con la ayuda de muchos artistas (Bramante, Miguel Ángel, Bernini), habría llevado a la reconstrucción completa de la primitiva basílica Constantino.

La imponente fachada, de 115 metros de largo y precedida por una escalera con tres estantes, tiene pilastras y columnas corintias y está coronada por un ático coronado por trece estatuas colosales. En el centro se encuentra la Loggia delle Benedizioni: desde aquí el Papa bendice a los fieles en las ocasiones más solemnes y se anuncia al mundo la elección de cada nuevo pontífice.